Ubicación y Contexto
La historia del Fokker F-28 Mk. 1000 Fellowship, conocido en Argentina como LV-LOA, se encuentra en Belén de Escobar, una ciudad de la provincia de Buenos Aires, situada aproximadamente a 50 kilómetros de la capital, Buenos Aires. La sección de proa de esta aeronave histórica es ahora propiedad de Juan Carlos Buonacosa, dueño del taller de restauración “Franto,” ubicado en la intersección de las calles 12 de Octubre e Intendente Oscar Larghi, en el centro de la ciudad.
El LV-LOA y su Historia
El LV-LOA fue uno de los aviones de la flota de AerolÃneas Argentinas, que adquirió tres unidades del Fokker F-28 Mk. 1000 a mediados de la década de 1970. Estos aviones fueron destinados principalmente a vuelos de cabotaje de corta distancia y, en el caso del LV-LOA, comenzó a operar en enero de 1975. Con una configuración interna de 65 asientos en clase única, el LV-LOA cubrió rutas nacionales e internacionales, entre ellas a destinos en Uruguay y distintas provincias de Argentina. Fue un pilar en la modernización de la flota de AerolÃneas, reemplazando aviones como los Avro 748 y los Caravelle.
Accidentes y Acontecimientos Significativos
El LV-LOA tuvo una vida operativa agitada, marcada por varios incidentes. En su primer año de servicio, sufrió un aterrizaje erróneo en el Aero Club de San Clemente del Tuyú. A lo largo de su historia, también estuvo involucrado en accidentes menores, como un incidente en Ushuaia en 1986. Tras años de servicio, el avión fue desprogramado en 1994 junto a otros modelos de la flota Fokker F-28.
El LV-LOA Hoy
Después de su retiro, la sección de proa del LV-LOA fue rescatada del proceso de desguace y adquirida por la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) para ser utilizada en protestas gremiales. Posteriormente, pasó a manos de un particular y, con el tiempo, fue colocada como atractivo turÃstico en diversas localidades. Hoy en dÃa, se encuentra pintada con los colores de la bandera de Bolivia y estacionada frente al taller de su propietario en Belén de Escobar, conservando su estatus como un sÃmbolo histórico de la aviación argentina.
Este fragmento del LV-LOA es el único vestigio visible de una era dorada para AerolÃneas Argentinas, recordando tanto los avances como los desafÃos en la aviación comercial argentina de los años 70 y 80.